La Sección Sindical de USTEA en la Delegación Territorial de Igualdad, Salud y Políticas Sociales en Málaga ha denunciado ante la Inspección de Trabajo diversas actuaciones y situaciones en laresidencia de personas mayores El Palo, de la Junta de Andalucía, «contrarias a los derechos de los trabajadores», como lafalta de personal para atender a los usuarios y la carencia de material adecuado.

El principal problema se registra en la atención directa a los ancianos, cuyo número oscila entre 100 y 136 (plazas ocupadas de forma habitual), según los datos facilitados a la Inspección. El año pasado se cerró con 72 dependientes totales, 28 parciales y uno en cama 24 horas, además de varios que necesitan ayuda puntual.

A todos ellos los asisten las auxiliares de clínica, entre las cuales se han incrementado las bajas por lesiones o estrés, han explicado a EL MUNDO de Málaga fuentes de USTEA y algunas de las propias afectadas, debido a la «sobrecarga laboral».

Según el escrito remitido a la Inspección de Trabajo en diciembre de 2014, y al que ha tenido acceso este periódico, en dicho centro prestan servicio actualmente 38 auxiliares de clínica y ayuda a domicilio -de los cuales cuatro son contratados temporales-, «de un total de 50 plazas creadas según la Relación de Puestos de Trabajo» aportada por la propia administración. En los turnos de día hay tres auxiliares por planta, y por la noche una o ninguna.

Aún así, desde la Junta sostienen que el número de auxiliares «estaría por encima» de la ratio establecida en la Orden de 5 de noviembre de 2007 de la Consejería, por la que se regula el procedimiento y los requisitos para la acreditación de los centros para personas mayores en situación de dependencia en Andalucía, en virtud de la cual la ratio mínima debe ser de 0,3 (auxiliares de clínica por usuarios). Fuentes de la Delegación territorial de Bienestar Social, que no tienen constancia de la denuncia ante la Inspección de Trabajo, han asegurado además que las bajas se cubren según convenio e insistieron en que la ratio en El Palo «se cumple con creces, y estamos por encima incluso».

No obstante, el sindicato subraya que las auxiliares de clínica «realizan y comparten a diario» otras funciones que no les corresponde, como el «transporte de enfermos dentro del centro cuando requiera esfuerzos físicos, así como su vigilancia», lo cual deberían desempeñar auxiliares sanitarios, «pero no hay ningún puesto». Así, y aludiendo al artículo 21 del convenio colectivo sobre la movilidad funcional, USTEA denuncia que las auxiliares de clínica «realizan las funcionas propias de su categoría, además de las de categoría inferior, sin que pueda existir causa técnica u organizativa que justifique esta sobrecarga de trabajo», y que «este esfuerzo físico y psicológico sobreañadido está afectando a la salud e integridad física de las mismas».

Desde el sindicato han explicado que la residencia, para dependientes, acoge cada vez más a residentes con «trastornos graves de conducta» e incluso «comportamientos agresivos», y son más frecuente también los ingresos de usuarios en exclusión social, «que tienen una patología y características muy específicas».

La denuncia sostiene que los ancianos «no reciben la atención adecuada; no pueden cumplirse los horarios de comida, demorándose los desayunos varias horas y coincidiendo prácticamente con la hora del almuerzo;no hay tiempo para acompañar, a los que pueden, por el jardín o por la planta, y se incumplen los tiempos mínimos de descanso».

Se afirma también que no existe plan de prevención de riesgos laborales y sólo se han proporcionado unas «charlas muy generales» y que las auxiliares de clínica están expuestas «a riesgo de transmisión de enfermedades infecto-contagiosas», sin que exista protocolo de actuación en los ingresos de los residentes. «No hay Equipos de Protección Individual adecuados ni en suficiente cantidad, ni guantes específicos de goma resistentes a perforaciones y de un solo uso, conforme a la norma UNE-EN 374-2, así como tampoco calzado sanitario adecuado con suela antideslizante, cerrado y sujeto al pie», según el escrito, aunque la Delegación asegura que no consta «por escrito ninguna reclamación de materiales no subsanada».