Paseábase el presidente Griñan – por la ciudad de Sevilla
desde la puerta de la Macarena – hasta la de Triana.
-¡Ay de mis enchufados!-
Encuestas le fueron venidas – que la Junta le era ganada.
Las encuestas echó al fuego – y al PP demonizara,
-¡Ay de mis enchufados!-
Descabalga de empleo público – y en las agencias cabalga;
por la Avenida de Roma – subido se había a San Telmo.
-¡Ay de mis enchufados!-
Como en San Telmo estuvo – al mismo punto mandaba
que se reordene el sector – que lo público quede en nada.
-¡Ay de mis enchufados!-
Y que los entes instrumentales – se conviertan en el arma,
porque lo oigan sus allegados – los del partido y los de la agenciada.
-¡Ay de mis enchufados!-
Los enchufados que lo oyeron – que al botín laboral llama,
uno a uno y dos a dos – colocados en la agencia que ya llena estaba.
-¡Ay de mis enchufados!-
Allí habló un alto cargo, - de esta manera hablara:
¿Para qué nos llamas, presi, - para qué es esta llamada?
-¡Ay de mis enchufados!-
Habéis de saber, amigos, - una nueva desdichada:
que en encuestas de opinión – ya nos han ganado la Junta.
-¡Ay de mis enchufados!-
Allí habló un laboral – de enfado cogido con ganas:
Bien se te emplea, presidente, - presidente, bien se te empleara.
-¡Ay de mis enchufados!-
Mataste los empleados, - que eran la flor de la Junta,
cogiste los de tu corte – de las agencias ya nombradas.
-¡Ay de mis enchufados!-
Por eso mereces, presidente – una derrota muy sonada:
que te pierdas tú y PSOE – y aquí se pierda la Junta.
-¡Adios a mis enchufados!