Viendo las imágenes del acto de inauguración de la restauración de la plaza de España de Sevilla, en donde se ven muchas banderas de UGT, me pregunto, ¿que pensarán los propios afiliados de ese sindicato ante la actitud traidora con respecto al decreto de reordenación de sus dirigentes?
Es de suponer que a los empleados públicos que sean a la UGT -los que tengan dos dedos de luces-, no les hará ni puñetera gracia que los mandamases de su sindicato firmen documentos en donde juegan a la ambigüedad, -tratando de vender embustes mal olientes cual político en plena campaña-, al propagar la supuestas bondades del "detergente Griñán", -el que lava más blanco todo el empleo negro de la "administración paralela"-.
Así que a los que les quede algo de dignidad y autoestima les quedan dos opciones, borrarse del que ya hace muchos años que dejó de ser un buen sindicato, -desde que gobierna el PSOE-A-, u orquestar un motín interno y defenestrar a sus dirigentes adoradores del "detergente Griñán", es sólo cuestión de tiempo saberlo. Pegaremos la oreja a ver que se oye.
Con Chaves estas cosas no pasaban.